El BIM abarata la factura eléctrica de Schneider Electric en Grenoble, Francia
La Provincia del Delfinado, en el sudeste de Francia, ha sido una región de historia ajetreada, desde la época romana hasta su transformación al principio del siglo XX en uno de los valles industriales más importantes del país. En pleno corazón de los Alpes franceses, tierra de bodegas, de cría de gusanos de seda y restaurantes con estrellas Michelín, dos hermanos fundaron Schneider Electric en 1836. Iniciada en 1891 en la producción de electricidad y armamento, la empresa está actualmente presente en más de 100 países de todo el mundo.
Schneider, con unos 5000 empleados en todo el Delfinado, asume un nuevo reto: superar, entre un 20 y un 40 por ciento, el objetivo de la norma francesa de 2012 sobre regulación térmica en la construcción de sus dos nuevos buques insignia de Grenoble. En los dos edificios —uno de aproximadamente 11 000 metros cuadrados y otro de cerca de 26 000— trabajarán más de 2000 empleados y su construcción supondrá una inversión de 120 millones de euros.
“Esto significa que debemos ser innovadores al establecer un nuevo estándar para el grupo”, comenta Olivier Cottet, director comercial y de comunicación de Schneider para el análisis energético. Los dos nuevos edificios optan a la calificación LEED Platinum, el nivel más alto de certificación para el desarrollo sostenible. El objetivo de Schneider Electric es superar la meta de 100 puntos (110 es la calificación más alta), un resultado que hasta ahora nadie ha alcanzado.
Para conseguir una construcción eficiente, va a resultar fundamental el modelo de información del edificio (BIM, del inglés Building Information Model) previamente creado con el programa Revit de Autodesk y el software de domótica (conocido también como “sistema de gestión de edificios” o BMS, del inglés Building Management System) utilizado para controlar tecnologías tales como de iluminación o de alarmas.
“Es una ventaja indudable poder conectar la base de datos estáticos del edificio [BIM] con la base de datos dinámica, que incluye todos los sistemas de funcionamiento [domótica]”, comenta Cottet. Conectar estas dos bases de datos exige que ambas series de datos tengan una estructura específica, sobre todo el BIM, y aprovechar todo su potencial requiere ajustes en el BIM una vez terminada la fase de construcción.
“De hecho, el BIM de proyecto y el de funcionamiento son muy diferentes —comenta Bertrand Lack, director de estrategia e innovación en la sección de edificación de Schneider Electric—. Entre ambos modelos está la construcción y, en esta fase, los trabajadores de la obra hacen las cosas con lo que tienen a mano”.
Los ajustes que se realizan en obra no suelen reflejarse en los planos ni en el modelo digital. Estos ajustes, que convierten al BIM de proyecto en el BIM as built o final de obra, resultan fundamentales para que el modelo refleje el inmueble como si fuera su auténtico “gemelo” digital.
Lo cierto es que la construcción y el mantenimiento a menudo se ignoran, y este es un impedimento que el grupo intenta contrarrestar haciendo confluir la mentalidad filosófica y la técnica de dos campos, en realidad, muy similares. “Durante estos proyectos de rendimiento energético nos dimos cuenta de que muchas de las dificultades de funcionamiento radicaban precisamente en la división con que ambos equipos estaban organizados, —comenta Cottet—. En evitarla está precisamente la clave del éxito”.
Trabajando codo con codo con el contratista de la obra, GA Smart Building, y con la ingeniería Artelia, Schneider Electric puso a prueba un “contrato para conseguir unos resultados garantizados en la fase de preconstrucción”, un compromiso para alcanzar los niveles del modelo digital. Cottet afirma: “Ciertamente, es algo muy complejo. Tenemos que hacer las cosas paso a paso. La meta es llegar a establecer un gemelo digital de lo que va a resultar nuestro edificio cuando nos lo entreguen”.
A lo largo del proyecto, el BIM ha supuesto un ahorro de tiempo para los equipos, manteniendo el mismo presupuesto. Según Cottet: “Nos ahorra dinero porque es una herramienta que nos permite cumplir el objetivo de reducir el consumo energético. No se podía plantear al departamento inmobiliario gastar un millón más de euros con la excusa de que íbamos a construir un edificio de alto rendimiento energético”.
Schneider Electric utiliza el software de Autodesk para crear instrumentos operativos para los futuros edificios, incluso para monitorizar interfaces con información sobre el edificio en tiempo real.
Como ya se ha terminado uno de los edificios, Schneider y sus socios lo utilizan para deducir los algoritmos y herramientas necesarios para alcanzar la meta de una media anual de 45 kWh/m². Se han utilizado estos datos para la construcción del segundo edificio que está en obra y cuyo consumo anual se espera que disminuya hasta 37 kWh/m2.
estudio de Sanska de finales de 2016 llegó a la conclusión de que la media del consumo total de electricidad en los edificios certificados de oficinas de Europa era de 142 kWh/m². Los resultados del edificio de Schneider tienen aún mayor valor en una ciudad como Grenoble, donde la temperatura media en el mes de enero puede llegar a bajo cero.
Se instalaron varios miles de sensores en el primer edificio para lograr una gestión del inmueble más exacta. “Otra tarea fundamental para nosotros es pasar de los megadatos a los datos inteligentes: Un exceso de datos puede llevar a una sobrecarga de información —afirma Cottet—. Por ello también estamos trabajando en la manera de presentar esos datos para poder aprovecharlos al máximo”.
Schneider Electric también incluyó tecnología solar en el diseño de los dos edificios. Los más de 4000 metros cuadrados de paneles fotovoltaicos situados en la cubierta del mayor de los dos edificios producirá más energía de la que consume en un año.
Además, la integración del Internet de las cosas (IdC) aportará mayor flexibilidad en el control de la temperatura del edificio, de la iluminación, de la calidad del aire e incluso del uso de la electricidad. Gracias a la arquitectura del IdC, se pueden controlar las instalaciones según diversos criterios. “Esta flexibilidad permite cambiar el consumo de energía a las franjas horarias en las que la energía es más barata y así rebajar la factura”, comenta Lack.
Schneider Electric también está preparando un proyecto con la ciudad de Grenoble que permitirá que los beneficios de esta flexibilidad en el suministro de energía eléctrica se trasvasen a la comunidad. El ayuntamiento y la compañía respondieron al concurso para proyectos conjuntos dentro de los programas franceses de Inversión para el Futuro (PIA 3) y han solicitado el nombramiento de Ciudad Inteligente por parte de la Comunidad Europea.
Estos buques bandera, edificios creados en perfecta simbiosis con los BIM, podrían crear un nuevo estándar para su gestión eficiente y su rendimiento energético.